En una alfombra mágica mi vida quise llevar de las nubes del alto cielo creí poderme agarrar pero mis pies se enredaban con la maleza y mis pulmones, respiraban, el aire turbio de la tierra Como las descoloridas hojas del árbol que apenas resisten con su balanceo el vendaval, mi vida a veces pende de un hilo pronta a resbalar, y en el instante más oscuro medito y pienso, para qué frotar la lámpara y pedirle al genio un deseo si teniendo lo más importante huyo con los giros del viento. Emiliano Nieto, Año 2004.