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Mostrando entradas de julio, 2015

Abandono

estar abandonado  es sentir las paredes transparentes es salir a la calle en camisón es caminar con zapatos de plomo es llorar sobre un hombro de cartón te abandonan  con los ojos que miran de soslayo te abandonan  con la boca  que no dice la verdad te abandonan indultando a la injusticia te abandonan  con los brazos hacia atrás estar abandonado es buscar las monedas de un "te quiero" es ahogar la garganta con alcohol es soñar con la isla de los besos y despertar anclado en el dolor el abandono se siente muy adentro en los ojos disfrazados de silencio en las máscaras que camuflan diversión en las amistades que adornan azulejos en ese odio  que te pudre  la voz EN

El adivinador de los treinta

Hernan siempre fué un tipo orgulloso de su juventud. Trabajaba desde los veinte años en una agencia de publicidad. Hernan era pícaro, observador y con ideas creativas. Tenía el rostro garantizado y un temple cínico que le hacía disimular sus emociones. Cuando cumplió quince años su padre le había dicho "La vida se vive bien hasta los treinta. Después se viene el casamiento, los hijos, la hipoteca de la casa". Esta frase lo marcó. Se prometió a si mismo vivir la vida eternamente joven.  Hernan miraba con desdén a las personas con más de treinta años. Creía que eran personas infelices, amargadas y frustradas. Se pasaba observando a las personas en los bares, en los colectivos, en la calle. Hernan le prestaba especial atención a las patas de gallo, a los labios cuarteados, a las incipientes canas, a las comisuras de herradura amarga. Tanto observaba a estas personas que había adquirido la facultad de adivinar con precisión su edad. En las reuniones, si conocía a algún treintañer...

El Morsa

El Morsa es el típico gordo que le da a la birra y al choripán. Todos los fines de semana el Morsa se va a la cancha con sus amigotes a ver a Boquita. Su mujer siempre le dice que algún fin de semana le gustaría ir a pasear por Costanera Sur o hacer una escapadita al jardín japonés. Pero el Morsa siempre la saca carpiendo. Para él, Boca es su amor y pasión de toda la vida. El Morsa sabe que si hace las cosas bien, tarde o temprano será el capo de la barra brava. Un sábado la mujer del Morsa podrida de nunca salir a ningún lado recurre a una espiritista vudú, que le recomienda hacerle un trabajito para convertirlo por un día en hincha de Mandiyú. La mujer del Morsa al principio duda, pero la espiritista vudú le dice que Mandiyú es un equipo que ya no existe y que no va a tener problemas si aplica la dosis exacta. La mujer del Morsa dicho esto comenzó a imaginar el itinerario. Arrancarían temprano con un desayuno en la cama con tostadas y besos. Para el almuerzo pensaba ir a un lindo res...

Análisis Sintáctico

que el participio no le gane al gerundio que el verbo sea infinitivo en el amor que el pronombre sea nosotros y que el objeto directo  sea el corazón que los adjetivos no tengan prejuicios que el abrazo sea el nexo coordinante que los besos no se enreden con el género  y que el sexo  termine siempre con plurales que el sujeto tácito no sea ausencia que el predicado nunca sea un sermón que el deseo permanezca sustantivo y que del alma  nazca la oración EN